FILOFOTO

                                                         ¿Herramienta o distracción?

LA IMPORTANCIA DEL VOTO

Creo que sí hay que votar porque es la única forma que tenemos, los ciudadanos, de hacer democracia. Nuestros votos son importantes, de esta manera tomamos las riendas de nuestro futuro, de ahí la importancia de que cada uno de nosotros tomemos conciencia de la realidad de nuestro entorno, de nuestras necesidades y de la misma forma realizar un seguimiento serio a la trayectoria de cada uno de los candidatos, estudiando bien todo aquello que nos ofrecen para no dejarnos sorprender y podamos finalmente dar nuestro voto al candidato que creemos que será el mejor, el que realmente gobierne para el bienestar del pueblo.

Los ciudadanos nos hemos manifestado y recogido firmas reclamando nuestros derechos sociales sin conseguir nada. Los políticos que nos gobiernan no se dan por aludidos y se mantienen en su línea, por lo tanto, ¿qué nos queda? Lo único efectivo son nuestros votos, todos y cada uno de los ciudadanos debemos votar, es nuestra responsabilidad para que de esa manera se cumpla lo que dice la constitución: “El pueblo es soberano”.

Cuando el pueblo ejerce su derecho a votar está tomando el poder, el poder para conseguir los cambios necesarios que permitan que los ciudadanos tengamos una vida digna, como mejor salud, mejores salarios, mejor educación, etc. Los ciudadanos tenemos que hacer uso de este poder para tener un mejor país, un país libre, donde podamos expresarnos sin impedimentos, un país en el que los gobernantes trabajen por y para el pueblo, y no para los grandes poderes económicos como ha sido hasta ahora.

CRÍTICA A LA CLASE DE FILOSOFÍA

Este curso 2014/15 hemos tenido como profesor de filosofía a Enrique P. Mesa. La manera en la que ha dado las clases durante el curso me parece diferente a lo que normalmente he estado acostumbrada. Hace que sus clases sean más dinámicas, entretenidas y productivas.

Consigue llamar la atención de todos sus alumnos, haciendo una clase amena y divertida y, sobretodo, una clase donde todo el mundo logra entender el tema que se está dando. Todo esto se logra a partir de que, es un profesor que consigue llegar a los alumnos de una u otra manera, se preocupa por si has entendido lo que ha explicado y persiste hasta que lo hagas. Tiene una forma de ser que llama la atención y que hace que quieras seguir escuchando lo que va a decir a continuación. Esto es algo que no todos los profesores consiguen, no todos logran que su clase sea algo que deseas que llegue, porque quieres saber más, aprender cosas nuevas y que te las enseñen de esa manera tan particular, con esos dibujos, historias y ejemplos que te hacen ver las cosas de otra manera.

Pienso que si más profesores dicen sus clases de este modo, conseguirían que sus alumnos comprendiesen lo que se les está explicando y, lo más importante, que esa asignatura no te resulte algo indeseado, algo que te gustaría que no existiese (lo que hace que no tengas ganas ni de estar en dicha clase), sino que sería algo llamativo e interesante, los alumnos sentirían curiosidad y ganas de aprender más. Se estaría aprendiendo y no simplemente aprobando.

LA CIENCIA Y SU INTERVENCIÓN EN NUESTRA VIDA

Bajo mi punto de vista, está claro que la ciencia ha sido, es y será algo de gran importancia para la humanidad. 

La ciencia nos ha permitido llegar al punto en el que nos encontramos ahora, nos ha permitido avanzar, evolucionar. Con la ciencia hemos logrado, entre otras cosas: crear medicinas y métodos médicos suficientes para salvar un número considerable de vidas a lo largo del tiempo; observar el planeta Tierra y aquello que lo rodea, pudiendo sacar teorías sobre el origen de la vida; poder explicarnos cosas que sin ella no podríamos haber resuelto, como por qué se caen los objetos al suelo, o por qué no se cae la luna.

Todas estas incógnitas han podido ser resueltas por diferentes tipos de ciencia, ya sea matemáticas, biología, física… así como la tecnología, la cual ha conseguido los avances tecnológicos que tenemos hasta el momento, ayudándonos a poder continuar con investigaciones que nos den respuesta a muchas cosas de las cuales aún no sabemos nada (enfermedades de las cuales todavía no se sabe la cura, cuestiones sobre el universo, etc.) y facilitándonos algunos aspectos de nuestra vida diaria.

El ser humano se pregunta el porqué de las cosas, es inquieto y cada vez quiere saber más y conseguir más cosas. 

En mi opinión, sí es buena la ciencia ya que hemos conseguido una vida de mejor calidad y, poco a poco, conseguimos resolver ciertas incógnitas. Si bien es cierto, no creo que aplicar tanto la tecnología a nuestra vida diaria sea bueno, ya que esto hace lo contrario, al facilitarnos tanto la vida, razonamos menos, nos mecanizamos más, y, en cierto modo, nos volvemos algo estúpidos.

LA CRISIS DEL ÉBOLA

Durante los meses de agosto, septiembre y octubre, hemos oído hablar del ébola constantemente. Esto fue debido a que dos misioneros españoles fueron traídos desde África a España ya que contrajeron dicha enfermedad.

De lo sucedido, se pueden obtener varias opiniones. Respecto a la mía, pienso que hay puntos positivos y puntos negativos.

A ningún ser humano se le debería negar ningún tipo de atención médica, y mucho menos en estas circunstancias. Los misioneros fueron los primeros a los que se les tomó real interés y preocupación, habiendo muchas más personas que se encontraban en el mismo estado. El Gobierno Español actuó inmediatamente al ver que sus ciudadanos se infectaron y desplegó los mecanismos necesarios para repatriarlos e intentar salvarles la vida, pero a la población africana no se le prestó mayor atención, salvo las dadas por ONG y médicos voluntarios (como lo eran estos misioneros). Parece ser que, por ser personas del tercer mundo, no generan ningún interés al resto de gobiernos. De todas formas, sí, me parece bien que hayan hecho todo lo que pudieron por salvarles la vida, aunque el resultado no haya sido el deseado ya que los misioneros acabaron falleciendo.

Pero todo esto no se quedó aquí. Ana Mato, ministra de sanidad, explicó que el gobierno repatrió a los religiosos españoles con la seguridad de que no habría ningún peligro de contagio tanto para la ciudadanía como para los profesionales de sanidad. Sin embargo, no se cumplieron los protocolos de seguridad y los médicos no tenían los suficientes conocimientos ni experiencia para tratar la enfermedad, lo que ocasionó el contagio de una de las enfermeras, Teresa Romero, quien formó parte del equipo médico que se encargó del tratamiento de uno de los misioneros. (Ésta logró superar la enfermedad.)

Considero que, ya que se intentó salvar la vida a los misioneros, debieron haberlo hecho con todas la precauciones necesarias para no haber puesto en peligro a nadie, y que, ya que consiguieron que Teresa superase el ébola, se debería mostrar el mismo interés y la misma dedicación en conseguir que cada día haya menos muertes por esta enfermedad, tanto en el tercer mundo como en el primero.

LA DISICPLINA EN LOS INSTITUTOS

Bajo mi punto de vista, creo que sí es necesaria la disciplina en los institutos ya que hay que seguir ciertas reglas de comportamiento y demostrar cierto respeto para que el funcionamiento del centro sea el adecuado. 

La disciplina es aplicada en los centros continuamente, pero hay veces que se necesita incidir más en ciertas personas u ocasiones, ya que estas pueden estar volviéndose más preocupantes.

Pienso que la disciplina hay que aplicarla de manera en que ambas partes, alumnos y profesores, sean tratados justamente. Así, cuando, por ejemplo, se establecen unos horarios de llegada al centro o a las aulas, deben cumplir dichos horarios los unos tanto como los otros, de esta forma, se dará a entender que todo el centro es disciplinado y es tratado con un mínimo de igualdad. Al ver los alumnos este tipo de disciplina, se verán mucho más a gusto con las normas establecidas y las cumplirán. Claro está, cuando hay casos que no siguen esto, se les amonesta/sanciona. Esto hará que no se permita que se falte el respeto a los profesores, porque, aunque a veces el alumno pueda tener razón, hay que aprender a decir las cosas de otra manera, con educación; siendo así, también, alumnos disciplinados.

Todo esto se haría con el fin de tener un buen ambiente en los institutos. Habiendo respeto mutuo, se mejoraría la relación en la comunidad educativa y se conseguiría una mejor formación académica, un desarrollo a nivel personal con principios y valores, y, en definitiva, un centro respetuoso y justo.

                                                                                                                                    Valeria Álvarez G.